Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2008

INHUMANO...

No hay mejor cura para el alma que alejarse de lo que roba la calma. Sentir celos, desilusión o ansiedad, de gratis, es una inútil necedad. Esconderse detrás de buenas intenciones es dejarse engañar de egoístas pretensiones. Cuando por cobardía, le das al tiempo el poder de hacer lo que, tú mismo, eres incapaz de hacer. Cuando sientes que tus fuerzas ya no te dan más; cuando por insensatez aumentas lo que te quita la paz, es porque a ciencia cierta no llegas a comprender que en donde no hubo nada; nada se puede esperar. La distancia no está en las millas que separan sino en las barreras de emociones malgastadas. Lo intangible no sólo está en lo que no puedes palpar sino en todas las realidades que te niegas a aceptar. El amor verdadero no sólo surge de la verdadera amistad sino de una sincera, mutua y constante entrega total. ¿Para qué invertir el tiempo tomando decisiones si incapaz se es de convertirlas en acciones? ¿Para qué vivir alimentando nuestros caprichos si son sólo proyeccio

AUNQUE NO LO ADMITAS...

Mientras una y otra vez escuchas las voces del pasado, más difícil se te hace esclarecer que el amor se encuentra a tu lado; que te cuestionas, sin poderlo distinguir y que sin respuestas, te destinas a sufrir. Dices, aún no haberte enamorado y te lanzas a vivir en soledad; dices no querer a nadie dañar, más, a ti mismo, lastimas sin piedad y no te arriesgas a cambiar tu realidad. Sueñas con salir de la cárcel de tus penas, esperando que el amor, rompa las cadenas. Pero, vives como si no te dieras cuenta que las puertas que te aprisionan están abiertas. Me recuerdas, al que se acostumbró a su prisión, que cuando fue liberado, ya no quiso ver el sol. Deja ya, de llamar a tu corazón solitario y sé consciente de lo que te pasa a diario: Que como "destellos", reflejas el amor que hay en ti, al tiempo, que te culpas, cuando disfrutas verte sonreir. ¿Cómo es que piensas que para amar estás incapacitado si tantas virtudes de amor, en tí, se han vislumbrado? *•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.

SIN TEMOR, HAY QUE ENTREGARSE...

Intentando hallar las razones de mis propias penas, una gran verdad encontré: Que no necesito buscar respuestas, en todo aquello que ya se fue, porque "la vida es cuestión de fe". ¿Para qué seguirse lamentando de la tranquilidad que se ahoga? ¿Para qué seguirse preguntando por razones que no se agotan? ¿Para que insistir en mirar atrás si la vida ya no está en ese lugar? ¿Acaso no te das cuenta que el tiempo se está acabando? ¿Acaso sigues siendo ajeno a la vida que estás desperdiciando? ¿Acaso no es injusto ignorar el sentimiento que estás derrochando? ¿Qué importa tener roto el corazón si de todas formas te sientes culpable? ¿Qué importa la causa del dolor si, aún sabiéndola, te sientes vulnerable? ¿Qué importa cargar con tu cruz si lo más importante eres tu? En aquello que sientes y no ves, es donde ha de estar puesta tu fe. Basta dejar a un lado la razón y vivir sintiendo con devoción. Ya que tus misterios no se han resuelto, por mucha mente que les hayas puesto. Por ello

ESOS, TUS OJOS CLAROS...

Esos, tus ojos claros que penetran en la profundidad de mi ser, hacen que me olvide, por un instante, que tu amor de mi lado, ya se fue. Es como si se devolvieran las horas y con ello, de nuevo fuera tu mujer. Se me olvida que tu amor ya no es mio; fueron tus ojos, a los que con ganas una vez miré. Y es que al mirarme con picardía siento que mi alma, aún suspira por ti, se me turba la razón, ¡qué insana manía! y te quisiera completito para mi. Yo los culpo de hechizarme con fragilidad, de coquetearme hasta hacerme sonrojar; de desnudarme hasta hacerme estremecer, fueron tus ojos, por los que en un tiempo soñé. Te siento distante, aunque tus ojos me tocan, ya no quiero, por ellos, volver a sufrir; por eso, en silencio, ahogo mis palabras y en el presente te oculto todo mi sentir. Más, me deleito, con esos, tus ojos claros cuando con dulzura, me pides que los vea y al complacerte, una sonrisa se dibuja en ti; Sí; me deleito, aunque ya no seas para mi. Esos tus ojos claros, tan soñadores