Pensativa estaba cuando llegaste,
sabía que vendrías, te vi acercarte;
me detuve un momento a contemplarte,
pero tu intensidad me hizo esquivarte.
Frente al dolor que sentía estaba impaciente,
me quitaba la calma y me volvía inconsciente;
no tuve más remedio que con violencia matarte,
así lo hice y cuando caías me puse a mirarte.
Con cierta congoja vi tu cuerpo lentamente caer,
me lamenté al verte por mi cruelmente desfallecer;
pero con tu actitud atrevida mi ira provocaste
y en defensa mi reacción inmediata ocasionaste.
Tu muerte, tú mismo te la buscaste;
intenso mosquito ¿para qué me picaste?
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Comentarios
13/10/07 2:58 PM
Notoriamente esta faceta es la que actualmente más me acomoda leerte.
Curiosamente de la misma mano
que causa mi dolor,
sale la caricia suave
que con sutil humor
renueva en instante breve
ese placentero calor.
11/11/07 1:28 PM