EN UN DIA COMO HOY…

Hoy es un día festivo,
en el mundo cada año se celebra;
al trabajador se es enaltecido
y a su dignidad se le embelesa.

Los empleados marchan protestando unidos,
declarando a gritos, uno a uno sus derechos;
desean que justamente les sea reconocido,
lo que las insanias políticas han maltrecho.

También es ya costumbre en este día,
ver el cielo descargar su llanto;
como si las nubes con su encanto,
desahogaran en la tierra su agonía.

Treinta y cinco años llevo caminando,
sopesando mi nacimiento en un día como hoy
y en este tiempo, en mis adentros aceptando
que naturaleza y vida reflejan bien quien soy.

Mis vivencias han sido en pos de luchas,
esfuerzos y sacrificios me han costado;
cumpliendo sueños en silencio y en escucha,
de lo que de mi, siempre se ha rumorado.

Mil reproches familiares;
por no cumplir sus caprichos;
por mantener mis ideales;
por decir siempre lo que he dicho.

Tristezas y alegrías van conmigo,
las reservo sin cesar en mi corazón;
esperanza y comprensión a Dios le pido,
por mis experiencias, en toda ocasión.

Agradecida estoy por mi hija;
entre gozos e incertidumbres,
la oriento con metas fijas
y el ejemplo de mis costumbres.

Que si he cumplido cabalmente la misión,
quién siendo padre y madre pudiera saberlo;
sólo procuro firmemente en mi noble empeño,
dar sentido a su vida y del mundo brindarle mi visión.

El amor se fue y no ha regresado,
todavía a mi puerta no ha llamado;
pero aún deseo que no me olvide
y que tiernamente a los ojos me mire.

Que corra ávido por mis venas;
que me regale fantasías;
que se lleve ya mis penas;
y que las convierta en alegrías.

Fue en un primero de mayo,
que lancé mi primer lamento.
¡Aquí estoy! asi lo siento,
sigo mi historia y no desmayo.

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