TU BOCA...

Es tu boca la que me produce
un sinnúmero de sensaciones;
es tu boca la que me provoca
las más salvajes emociones.

Sabes lo mucho que tu boca me fascina,
adrede, seducirme con ella te empecinas,
con tus gestos me dices: ¡ven por ella!
Y mi voluntad decae ante tu boca bella.

Sólo pienso en llenar tu boca de mis besos
y calmar de inmediato el placer inmenso
de sentir tus dulces y delicados labios,
mientras deleitándome en ellos caigo.

Tu boca me enternece y yo suspiro
por tus labios tan rojitos y divinos;
acariciarlos uno a uno bien despacito,
realmente: ¡Qué placer más exquisito!

Mis hormonas poco a poco pierden el control,
cuando veo tu boca, desaparece hasta la razón;
y yo siento lentamente acelerárseme el corazón
porque es tu boca, la que alienta toda mi pasión.

Al aumentarse en mi pecho los latidos
se enceguecen en mi piel los sentidos;
se alborotan en mi cuerpo las ganas;
lo demás, lo demás, son cosas vanas.

Tu boca me aturde y me remueve,
tu boca me perturba y me agita;
tu boca me altera y me conmueve,
tu boca me inquieta y me excita.

Tan sólo con mirarla me antoja devorarla;
palmo a palmo, acariciarla y recorrerla,
lamerla, mojarla, apretarla y morderla
e inmoralmente a mi, quisiera someterla.

¿Cómo no vivir yo sedienta de tu boca,
si con ardiente deseo siempre me toca?
¿Cómo no sentir por ella impúdica codicia,
si tu boca lujuriosa me sofoca y me asfixia?

Tu boca me apetece... ¿se me nota?

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