VUELVO A MI...

¿Qué tiene el dolor en sí que simplemente me vulnera?
¿Qué es la muerte sino transformar lo que me altera?
¿Qué tengo para ofrecerme en plenitud
que no sea la verdad de mi propia esencia?
¿Qué es la felicidad sino el descubrimiento
de disfrutar de mi auténtica presencia?

¿Qué me hace buscar en el exterior
lo que en el fondo sé que no voy a encontrar
y que nada me garantiza que por siempre va a durar?
¿Qué es lo que quiero encontrar afuera
que se me escapa tan rápido de las manos
porque a la larga sé que, aunque no quiera,
todo esfuerzo por retenerlo es vano?

Me pierdo en mis pensamientos,
me envuelvo en mis sentimientos;
me sumerjo en mi propia intimidad,
y me invade toda esta fragilidad.

Aquí sólo descanso del mundo y su agitación,
esta es la realidad de mi apreciado corazón;
aquí sólo tengo lo que siempre me acompaña,
esta es la realidad de mi ser que me extraña.

Aquí donde comparto con mi respiración,
que me lleva y me trae el soplo de vida;
que me alienta a seguir con satisfacción,
mi experiencia humana sola y compartida.

Aquí donde nada puede quitarme esta paz,
aqui donde permanezco dulcemente inmutable;
aqui donde todo mi sentir es imperturbable,
mi dolor lento se aleja y no aparece jamás.

Aquí donde la ausencia no se siente,
aquí donde la libertad crece y crece;
aquí donde quiero siempre, siempre vivir,
aquí es donde me digo: ¡Vida, vuelvo a mi!

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